El último disparo.

Cuando el humo se dispersa, y solo el olor acre queda para recordarnos la matanza que se acaba de llevar a cabo. Un pestazo de los que se clavan al fondo de la nariz y que nunca te sacarás de la cabeza, al igual que la imagen de la escena que has tenido que contemplar. El odio, la ambición y la codicia han jugado sus bazas, la venganza ha sido cumplida, y la campana del último asalto en una pelea por amores imposibles ha sonado ya, y su eco se ha perdido en el aire.

He leído el final de 100 balas.

La serie, para los que no la conozcais, trata sobre un día cualquiera, en el que un hombre de edad avanzada se acercará a tí con un maletín y lo abrirá para que veas su contenido. Puede suceder en cualquier lugar: Tu casa, tu lugar de trabajo, el bus o la calle. Sin embargo, el contenido de ese maletín cambiará tu vida de forma irreversible: En él encontrarás una pistola, cien balas irrastreables y pruebas. Pruebas de quien jodió tu vida, convirtiéndola en el infierno que es ahora. Pruebas completas e irrefutables. Alguien que no esperabas. Alguien que no sabes lo que te hizo, por que lo hizo o como afectó a las circunstancias que propiciaron tu caída, pero ahí estan. Y además, tienes una pistola.

El hombre que te ha ofrecido el arma dice llamarse Graves. Agente Graves. Te mira con indiferencia en su semblante severo, y se irá dejándote solo con preguntas. ¿Por qué te dice eso? No hay porqué. Simplemente es cierto. ¿Por qué te da una pistola y cien balas irrastreables? Para que las tengas. Luego, tú decides lo que hacer con ellas. ¿Qué va a ganar él con que tú mates a esa persona? Algo, nada... ¿Quién sabe? En cualquier caso, no te lo dirá. Preguntas, más preguntas y mucha confusión. Al final solo sabes que si decides apretar el gatillo, habrás entrado en un mundo que nunca creíste poder descubrir.


Lo que os acabo de contar no es que sea la punta del iceberg. Es que apenas es la capa de escarcha que se posa sobre la punta. Esta serie contiene infinidad de intrigas, a cada cual más retorcida, profundamente hundidas en la sociedad, desde sus principales escalas de poder hasta la más baja de sus cloacas. Historias sobre la lealtad, el perdón, el odio, la venganza o los crímenes largamente olvidados. Sobre la condición del ser humano, como ser sensible y como bestia depravada. Putas, alcohol, santos, pecadores, policías, ladrones... Muchas facetas de la sociedad vertidas y entremezcladas con una historia principal digna de ser considerada una de las mejores historias de intriga de nuestro tiempo, salpicada de vez en cuando por pequeños relatos autoconclusivos, donde la trama se aparta, pero manteniendo la trama inicial como un telón de fondo. Todo está siempre relacionado con algo: El poder.
Sus personajes son geniales. Creíbles, a la vez que sorprendentes. Pandilleros, camellos, oportunistas, vividores, depredadores, acabando por las poderosas familias, y por supuesto, los Milicianos.



¿Familias? ¿Milicianos? ¿De que hablo? No hay intriga son dos partes muy importantes: El poder y quienes lo ostentan por un lado, y por otro, la amenaza. Los milicianos son uno de los mejores ingredientes, conocidos por sus apodos: The Pointman, the Dog, the Rain, the Wolf, the Bastard, the Monster y the Saint.


No haré spoilers, pero os digo: Esta serie, premiada con varios premios Eisner y Harvey, es sin duda mi serie favorita. Refleja la humanidad y lo que es, la lucha por el poder, las distintas motivaciones... Es simplemente insuperable. Además, tiene millones de detalles de esos que me encantan, como portadas absolutamente geniales: Eróticas, violentas, mórbidas...










Si os gustan, os adjunto dos páginas del autor: Dave Johnson.

http://devilpig.deviantart.com/
http://devilpig.com/

Os recomiendo que os hagáis con ella, especialmente si vivis en Coruña, que tenéis la feria del comic celebrándose ahora mismo.

Semper fi.

Ukio.


PD: Dedico esta entrada a Kite, que gracias a él pude leer el número 100.