Breves


martes, 15 de mayo de 2012

Novedades Jurídicas

Alberto Ruiz Gallardón (o más bien, Ruin Garrafón) no está siendo el ministro de justicia mejor valorado de la democracia, desde luego, y su respuesta clara está siendo volver al populismo puro y duro.



Para empezar, sus declaraciones no están siendo las más acertadas, especialmente cuando retomaron la antigua ley del aborto. Se va a abortar igual, con dos diferencias. La primera es que la madre tendrá que contar alguna mentira para que se despenalice su situación (recordemos las excepciones: Violación, malformaciones en el feto o riesgo para la vida de la madre). La segunda y la más importante es que ahora las menores de dieciséis años mínimo no pueden abortar sin el consentimiento de sus padres o tutores. Que una menor aborte a escondidas es fuerte, no lo neguemos, pero las cosas claras: No todo el mundo está debidamente informado acerca del sexo y las precauciones debidas, y ahora esas crías se enfrentan a la posibilidad de que sus padres las obliguen a ser madres. Cuando ella tenga 18 y quiera tener una vida con posibilidades de estudiar, trabajar o buscarse la vida en cualquier lugar del mundo, ¿se quedan los abuelos con el niño? 

Se ha defendido con el triste argumento de la violencia estructural, explicando que las mujeres estaban sometidas a una violencia estructural que las obligaba a abortar. ¡A punta de pistola, oiga! ¡A punta de pistola! ¡Queremos la extinción humana, y la queremos YA! ¡Abortos obligatorios! Cuando le pidieron casos de violencia estructural, casos concretos, dijo esto:



Dada su pérdida de popularidad, y que la cara que se nos quedó a todos al ver que este no era abierto de mente, ni progresista, ni una mierda es realmente difícil de describir, optó por el populismo dado a una de las frases más rancias y célebres del lado más miserable de este país: ¡Mano dura!

Así pues, abrió con la propuesta de la "Prisión permanente revisable", que oiga, ¡no es una cadena perpétua!, solo que si lo es. Y estoy de acuerdo con que los crímenes de terrorismo deben pagarse, y se pagan. Un terrorista que haya matado a una sola persona será condenada a una pena de privación de libertad de entre 20 y 30 años, y con reincidencia podrían llegar a los 40. Cuarenta putos años de cárcel, nada más y nada menos. Entras con 20 y sales con 60, habiendo pasado dos tercios de tu vida entre rejas. Además, los presos de terrorismo están obligados al cumplimiento íntegro de la pena. Cuando te condenan a prisión permanente revisable, ¿que significa? ¿Cuando la revisan? ¿A los 50 años?

Y como esta medida solo la han hecho aplicable al terrorismo, ahora, para los delitos sexuales se sacan esto: La Custodia de seguridad. Echad un ojo a la noticia.

Amplían en 10 años la condena a los condenados por delitos sexuales con una modalidad extraña. ¿Por qué no simplemente aumentar las penas? ¿De donde sale esta medida? ¿En que otros sistemas se ha utilizado, y con qué resultado? El derecho no es el campo para hacer experimentos bizarros, y más aún en el campo del derecho penal, donde está en juego la prisión de una persona, de alguien que podría ser inocente.
Y esto sale, para colmo, tras una entrevista con el padre de Marta del Castillo. No es ni tan siquiera lógico, sin embargo es una situación tristemente cotidiana en el campo. La participación popular sin conocimiento en leyes.
Los juicios por jurado son un error, y sin embargo se aplican. ¿Cómo? Muy simple: Un juez es un experto jurídico, educado y mentalizado para una aplicación fría y objetiva de las normas. Especialmente de todas las garantías que se conceden a un acusado para demostrar su inocencia. Sin embargo, como vimos cuando Francisco Camps estuvo en el banquillo, el mismo jurado que le votó para un nuevo gobierno con mayoría absoluta, estando ya imputado por corrupción, pasó olímpicamente de todas las declaraciones, excepto las de los propios guardaespaldas de Camps, que, evidentemente, largaron lo que se les dijo que hiciesen. (O igual fue ese chaval de las nuevas generaciones al que pillaron tomándose algo en el hotel en el que el jurado estaba "aislado"). O el mismo jurado que sintió pena por el tarado que mató a dos homosexuales en un piso de Vigo, creyéndose su terrible terrible miedo insuperable. O la condena de Dolores Vazquez, por el caso Wanninkhof.

En serio, me parece bien que la gente esté informada, conozca sus derechos, las consecuencias jurídicas de sus actos, y desde luego, que tenga acceso a información, a noticias y se interese por crímenes, condenas, y desde luego, se solidarice con las víctimas. Sin embargo, en este país, todos somos entrenadores de fútbol, todos somos economistas, y desde luego, todos somos jueces, y a todos nos gusta largar al amparo del espíritu de "esto lo arreglo yo en dos patadas". Sin embargo, un juez se ha tirado una carrera de cinco años, una oposición de tres y un año más en la escuela judicial. No solo conoce las leyes, sino jurisprudencia anterior, doctrina, sabe valorar pruebas, sabe atender al interrogatorio de los testigos... Y desde luego, no es tan simple, porque nuestro sistema judicial no lo es. 

Un juez debe estar preparado para atender a los casos que se le presentan con la mente en blanco, como si hubiese sucedido el día anterior y no hubiese tenido ocasión de enterarse por la prensa de ningún detalle del caso. En la escuela de práctica jurídica te lo dicen claramente: A un jurado lo convences con melodrama, a un juez con pruebas. 

Y sin embargo, cada vez es mayor este "espíritu del sálvame" o de las noticias de telecinco, donde se monta el pifostio y se incita a la alarma social. Ellos ganan audiencia, y el pueblo gana circo, y la posibilidad de un linchamiento, aunque solo sea a nivel social. Incluso hay una tendencia en alza desde hace unos años, dentro del campo jurídico. Un truco sucio que se está casi institucionalizando: Cuando pides la prisión provisional para un imputado, esta solo puede decretarse en base a tres motivos tasados y cerrados: Riesgo de fuga, riesgo de destrucción u ocultación de pruebas y por último, fumus boni iuris o apariencia de buen derecho, es decir, que la primera impresión a la vista de las pruebas aportadas por la acusación y contrastadas con las de la defensa, de la impresión de que se va a meter en la cárcel a alguien que probablemente sea culpable, he ahí el "buen derecho": El hecho de que se está cumpliendo la ley al meterlo en prisión. Y sin embargo, para lograr la prisión provisional, la acusación echa mano de un cuarto argumento, que a la ley no le importa, pero queda bonito y llama la atención del juez: Alarma social. 


Sin embargo, el motivo más grave para oponerse a estos endurecimientos de las penas, a estas medidas orientadas a quedar bien con taxistas de la cope, consumidores de sol y sombras y Mauricios Colmeneros que pueblan este país, es uno, simple y concreto. 

Artículo 25.2 de la Constitución Española de 1978, primera frase:

Las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad están orientadas hacia la reeducación y reinserción social, y no podrán consistir en trabajos forzados. 

Leed el artículo. Leed también lo de la prisión permanente revisable, y responded a esta pregunta: ¿Donde veis ahí la reinserción?

Os recomiendo la lectura de un breve ensayo, "De los delitos y de las penas", escrito por el Marqués de Beccaría en 1764, donde muestra una idea de la justicia tan avanzada que podía haberse escrito hace dos años. En una época donde los tribunales inquisitoriales juzgaban a voluntad, y las penas graves estaban al orden del día (la pena por robar era la muerte), Beccaría explicó que la fuerza de las penas no radica en su dureza, sino en su rapidez y certeza. El mensaje que debe darse es que si delinques vas a ser condenado, va a ser inmediato y no podrás escapar. 
¿Y aquí que tenemos? Corrupción impune con jurados afines y poco fiables, y penas durísimas para los pringaos de turno. Y en este caso no son pringaos, son terroristas y violadores, asesinos y pedófilos, pero... Ya van dos. ¿Quién será el siguiente? 

Gallardón lo está haciendo como el culo, pues su mensaje como ministro de justicia es que tenemos dos justicias distintas, y que además, está repartiendo su deber legislativo entre atrasar la legislación de este país volviendo a las cavernas, y sacar leyes populistas para alimentar al circo y a la turba. 

Putamadre.

¡PAREN LAS ROTATIVAS!

Gallardón desbloquea el veto a la sucesión de títulos nobiliarios concedidos por el franquismo, noticia aquí. Gracias, Ruín Garrafón, por que ahora tenemos un montón de condes, vizcondes y marqueses por méritos a la España Nacional Fascista. Creo que con los futbolísticos nos llegaba.

Semper fi, gente. Espero que cuando escriba la próxima entrada tengamos las mismas garantías jurídicas de defensa que tenemos ahora. 


Ukio