Breves


miércoles, 23 de julio de 2008

Sopa de tortuga

Gente, hoy me dirijo a vosotros con el orgullo henchido por haber pateado una cara a través de veinticinco siglos en el tiempo, nada menos que a Zenon de Eléa, discípulo de Parménides.

Zenon, al igual que su maestro, defendía la inmovilidad del ser, explicando básicamente que el movimiento no existía.
La respuesta más elocuente la dio Antístenes (aunque se dice que no fue él, sino Diógenes) levantándose y empezando a andar de un lado para otro de forma irritante en su presencia, a lo que Zenon respondió increpándole.
- ¿Pero quieres dejar de moverte?
- ¡A ver, en que quedamos! ¿No dices que el movimiento no existe?

Sin embargo la cuestión es: El movimiento existe, pero no se puede explicar por la lógica. El ejemplo era la famosa Tortuga de Zenon, que si echase una carrera contra Aquiles, el de los pies ligeros, si la tortuga tuviese ventaja, Aquiles nunca podría pillarla, ya que en el tiempo que Aquiles corriese lo suficiente para alcanzar a la tortuga, ella habría avanzado otro trecho, y cuando Aquiles cubriese ese nuevo trecho, la tortuga se habría vuelto a mover. Curioso, ¿No?

Creo recordar que también dijo aquello de que no podemos caminar a lo largo de un trecho de, por ejemplo, diez metros, porque al caminar cinco, llevaremos la mitad. Luego, esa mitad se divide en dos mitades, hasta que al final nos quedan infinitas mitades por recorrer, y recorrer algo infinito es, en esencia, imposible.

Bien. Pues ahi van las dos patadas en la cara. Se que varios intentaron dar respuesta, en concreto Aristóteles, Descartes, Leibniz, Hobbes, Mill, Cantor, Bergson y Russell, entre otros...


Pues bien. Primera patada. Aquiles puede recorrer, en lugar de la distancia que habría de cubrir hasta donde está la tortuga, siendo el de los pies ligeros, puede cubrir la distancia hasta donde estará la tortuga. Es de lógica estúpida, pero más orgulloso estoy de la segunda patada: Las infinitas mitades.
Si bien, quedan infinitas mitades por recorrer, cada paso nuestro también recorre distancias infinitas. ¿Como? Muy simple. ¿Cuanto mide uno de vuestros pasos? ¿Medio metro? ¿Uno? ¿Cuantas mitades tiene un metro? Dos de medio metro, y cada una de estas otras dos, y así hasta el infinito.


Por lo tanto, nuestros pasos cubren distancias infinitas.


¡¡¡En tu puta cara, Zenon!!! ¡¡¡En tu puta cara!!!


Semper fi.

Ukio

5 comentarios:

Anónimo dijo...

sea lo que te has metido y citandote

"Yo Quiero!"

Lectora de cómics dijo...

Yo me pregunto en qué momento se te ocurrió ponerte a rebatir la teoría esta XDDDDDD
A mí lo que Zenon dice ma parece una soplapollez pero bueno ^^U

Paul Allen dijo...

Como el simposio de filósofos en "Pirómides".
A la mierda los filósofos de la Grecia clásica. Eran los personajes más rallantes, liantes e ilógicos de la puta Historia antigua. ¡Cicuta para todos, hostias!

Lectora de cómics dijo...

Pues el de las impresiones no se quedaba corto, no recuerdo quien era, Hume o Hobbes, o uno de esos o ninguno XDDD

Ukio sensei dijo...

La receta para tan chocante entrada es la combinación entre el libro "Filosofía para Bufones", de Pedro Gonzalez Calero y lo que sobró de Ortigueira, con alguna cerveza de por medio. El libro en cuestión está entretenido, y te ríes. Básicamente son una recopilación de anécdotas de la vida de los filósofos, recopiladas y entretenidas. Ayer lo acabé (se lee en nada), y quizás escriba alguna entrada sobre alguna de las anécdotas restantes.

Eso si, no recuerdo ninguna de Hobbes ni de Locke. Deben de ser malos entonces.