Otro año bastardizando por ahí.

Hoy, cuando os levantéis y veáis esta entrada, sabréis lo que significa esto: He estado escribiendo en esta mierda durante tres largos años. Cortos a veces, largos otras, me habéis visto relatar conciertos, hablar de rol, comentar películas, novelas, desvariar y gritar, taserizar a la gente (los buenos y leales taserazos... ¿Donde estaría yo sin ellos?) y hoy, me veis, whiskazo en mano, brindar por vuestras leales pupilas recorriendo mis palabras.

También vale la pena recordar las entradas de iniciación, con la coña de los blogs, el gafapastismo (aberrante gafapastismo) y los ipods. ¡Hoy me devolvieron el mío arreglado!
Pero esto no es lo importante. Analicemos el año:

La verdad es que fue un año difícil para mis relaciones interneteras. Empezó hace año y medio, y siguió hasta día de hoy. Sin embargo, si volviese atrás, volvería a actuar como actué. Creo que, por encima de todo, fui justo.
Sin embargo, también me sirvió para descubrir que no soy tan guay ni importante como creo. Solo, una serie de letras que aparecen en la pantalla, como tantas otras.

¿Que ha cambiado en mi? Soy abogado, y ahora si estoy aprendiendo a ello. Siento que la educación que he recibido en años de carrera ha sido superficial, insuficiente y, muchas veces, dada con desgana. Carente de los pasos más esenciales. Me han descrito todos los tipos de ropa que existen, pero he salido desnudo de la facultad. Me han hablado de todas las armas del mundo, pero ni las tengo ni las sé manejar.
Pero estoy aprendiendo... JIAJIAJIAJIAJIA...

Me he mudado, y he relanzado (un poco) mi afición a la música. Conozco a jueces, juristas, abogados, procuradores... Y tiro p'alante. Siempre.

Aún así, esto lo voy a pedir abiertamente: Si me leéis. Si apreciáis lo que escribo por vuestro entretenimiento o mi simple desquite, por vuestra información, por recomendaros cosas o preveniros contra ellas, en este año, os pido algún comentario más. Sé que muchas entradas están abocadas al fracaso desde el principio, pero otras... Sé que tengo más de 61.000 visitas, y que no todas ellas son por mis dos repasos diarios a ver si alguien comentó algo, o han actualizado mis enlaces, pero comentar una entrada lleva tantos minutos como horas escribirla. Y es cierto: A veces pasas horas. Entre la inspiración mesiánica, y el volcado cerebral hacia el texto, uno pierde la noción del tiempo, pero las horas pasan. Muchas veces, además, documentándote. Y sin embargo... Ya ves.

Y entonces.... ¡Agh!



Aturdido por la descarga, mis sentidos recuperan poco a poco todas esas nociones sacadas de barrio sésamo. Abajo, arriba, fuera, y dentro. Bien dentro, como me la acababan de meter a traición. La herida era superficial. Un corte perfecto en el hombro, de navaja de afeitar, pero quien lo hizo pudo haberme pillado. Probablemente solo quería asustarme... Bien. Muuuuy bien, hijo de puta...
Silencioso cual víbora, repto entre las sombras de la habitación intentando buscar al agresor, pero sus pasos huyendo por el pasillo me dicen que ya no lo cogeré. Sin embargo, en tétrica pintura malva ha dejado su mensaje en el iluminado pasillo, enmarcado en la puerta que da a mi oscura habitación. Dejo la grapadora sobre la mesa, y doy otro trago al whiskey, riéndome para mis adentros, leyendo una vez más la pared.


"TE HACES VIEJO, BORRACHO GILIPOLLAS!"


- Y tú sobreestimas tus posibilidades, pequeño emo...


Semper fi. Y gracias, que sé que estáis ahí, os quiera ver o no. Gracias a todos.

Ukio