Breves


lunes, 6 de julio de 2009

El Rock desde el otro lado.

Como bien sabréis, el día 3, La Orden dio su primer concierto con la nueva plantilla, es decir, conmigo como segundo guitarrista.

Tocamos en el primer festival de Rock de Oza dos Ríos, en la provincia de Coruña, camino de Lugo, pero pocas cosas fueron según lo previsto. Tuvimos hostias, lluvia, atrasos, impuntualidades y mil mierdas, como en las películas, pero algunas bastante jodidas para creer que te puedan pasar de verdad.

La primera y más jodida fue la lluvia: Llegamos a Oza a las 2 de la tarde con la idea de tocar a las 11:30 de la noche, y había que tener todo el equipo montado y lograr que alguien me prestase un amplificador para la guitarra (mi Peavey simplemente no da la talla. 30 vatios de transistores no son nada). Gracias de nuevo a Juanjo, de los Killer Cats, por prestarme su ampli Fender. Aquello simplemente tronaba. Solo con deciros que toqué con el volumen en tres y medio más o menos y el potenciómetro llegaba hasta doce...
A esto de las cinco, seis de la tarde, empezó a llover. El cielo se cubrió de niebla, y empezó a llover justo diez minutos después de que yo dijese a Ángel, el otro guitarrista, que hoy llovía seguro, aunque con suerte aguantaría hasta las tantas de la mañana. El escenario tenía goteras, el montaje se tuvo que parar y todos encerrados ahí esperando a ver que pasa, pillamos de guitarras y empezamos a tocar simplemente por matar el rato. Nuestra única compañía eran los chavales del cuarto grupo: Lo-Ma-Jam.
Además de eso descubrimos que también actuaría un quinto grupo: Casual Club, que según nos dijo su batera, hacen "Hard Rock". Nada personal contra ellos, pero su actuación supone esperar una hora más, ya que es nuestro grupo el que pone el equipo de bajo.

Tras una pausa para un bocata, una birra y evaluar un poco la situación junto a Ángel, Quique y Miguel (otro guitarrista, batera y bajista respectivamente), al volver al campo de fiestas, vemos que Iván, el cantante, ya ha llegado, pero que se va a quedar en su furgona hasta que lo avisemos para las pruebas de sonido, que tiene una tía dentro. ¡Bibah y Vraboh!

Las susodichas pruebas de sonido no tocan hasta las once de la noche, con Luciano, el técnico de sonido, ya cagándose en todo el trabajo que ha tenido que hacer para montar el escenario y lo que le queda aún, y me encuentro con que no hay micro para mí. Mes y medio practicando coros que nadie oirá. Vale.

Mientras Lo-ma-jam hacen sus propias pruebas, convenzo a Ángel y a Miguel de que es una genial idea ir al pueblo, saltarnos parte del concierto de Ekilibrio y comer algo estando cómodamente sentados, que llevamos de pie la hostia puta de horas. Ese descanso fue como volver a nacer para nuestras rodillas. Con insistentes llamadas de Quique, bajamos de vuelta y asistimos al resto del concierto de Ekilibrio.

Y al final... Toca subir.

No se de donde, aparece un micro. Vuelvo a hacer coros y podré cantar la parte de Sympathy for the Devil que me toca, sin tener que ir al micro de Iván. Su acústica no suena, de modo que Oza se quedará sin verle tocar en solitario La sirena y el marinero, y sus canciones se tocarán sin su acústica, como insistió en recordar a los presentes una y otra vez.

Entramos subiendo poco a poco, con Fue por culpa y Proud Mary, para luego Sweet home Alabama, donde me toca hacer un solo que, la verdad... No acabó de... No las tenía todas conmigo cuando llegó mi segundo solo en Born to be wild salió de puta madre y ahí despegué. El resto del concierto fue bastante rápido, con sus más y sus menos, pero logramos quedar cojonudamente gracias a un plantel bien elegido.

Tras eso quedó aguantar hasta el final del concierto, donde muchas veces, el centro de atención fue un borracho que estuvo al borde de las ostias con el técnico de sonido y con otro tío. Recoger, largarse, y a dormir a las 6 de la mañana. Para que luego digan que es fácil.

En cuanto al resto de grupos, diré que Ekilibrio no tuvo un concierto demasiado movido. Tiraban al Rock pero no llegaron a conectar con el público. Lo-ma-jam suenan bien y son buenos en lo suyo, pero tocaba irse al coche a estar sentado un buen rato. Casual Club tampoco suenan mal, pero el cantante debería darse cuenta de que los agudos no van a ser lo suyo. Debería cantar con su propia voz en lugar de forzar.
Sin embargo, aunque no tuvieron todo el público que merecieron, el grupo que es realmente digno de mención fueron Killer Cats. Un sonido verdaderamente pulcro y bien cohesionado, fruto de probablemente una cantidad ilógica de horas de ensayo los ha convertido en el grupo que mejor ha sonado en todo el festival. Su música rockabilly no es mi estilo ni de lejos, pero encantado vuelvo a verlos cuando sea, y os recomiendo sinceramente que lo hagáis.




Semper fi.


Ukio

3 comentarios:

Sbilly dijo...

Ya va a ser tiempo que pases un video de los conciertos eso sería genial en el blog. Bueno felicidades!

Lectora de cómics dijo...

Como decía mi profesor de audiovisuales, las historias son más interesantes cuando el protagonista ha de atravesar grandes adversidades. Y estas cosas también prueban que la ficción se inspira en la vida real pero que nunca llega a superarla XD
Aún es tu primer concierto así que irás cogiendo confianza y lanzándote más, pero conociéndote no creo que tuvieras problema en desatarte.

Gandalf dijo...

muy buena crónica. Y apoyo lo que dijeron por ahí: no hay videos? grabaciones? sonido de algún tipo? hay que escuchar!