El show de la violencia cotidiana.

Mi generación ha sido de las primeras en asumir la violencia como algo común y normal. Cine, videojuegos, comics, libros, revistas... Poco a poco nos hemos ido acostumbrando a esas imagenes, y llegando incluso a admirar a muchos de sus autores, eso si, siempre dentro del marco de la ficción.
La realidad es muy distinta. Muchas imágenes nos siguen impactando, a pesar de los programas de videos caseros brutales, donde un toro trincha a un guiri, o alguien cae de un piso nosecuantos. Aún así, nos sigue impactando cuando pasa... A veces. Las cosas claras: Muchos accidentes son graciosos, por como suceden, a quien le suceden o el momento en que suceden. Muchas veces es a alguien que se lo ha ganado, nos tocó la moral o simplemente nos apetece que le pase, solo por que sería gracioso.
Y ya que hablamos de cine, la violencia tiene por encima de todo grandes avatares: Personajes que siempre serán recordados por su forma de repartir estopa, su estilo, su presencia...

Hoy voy a honrar a un actor medio desaparecido, que está a punto de aparecer en mi pantalla, dentro de unos minutos, cuando empiece la que para mí es la mejor película de Martin Scorsese, Casino: Joe Pesci.

Joe Pesci es el torpe ladrón medio calvo que intenta robar a Kevin McAllister en Solo en casa, y el sufrido hermano de Jack LaMotta en Toro Salvaje, pero tanto en Casino como en Uno de los nuestros, interpreta a un auténtico hijo de puta violento, con los cojones bien puestos y que no se detiene ante nada a la hora de imponerse. La escena de la pluma estilográfica parece gratuíta, pero sin ella no nos habría quedado claro de lo que era capaz Micky Santoro.

Hoy en día todos hablan de Anton Chigurh, el brutal asesino interpretado por Javier Bardem, y más aún con la ceremonia de entrega de los Oscar a la vuelta de la esquina (y es una esquina muy próxima). A Chigurh se le compara incluso con el propio Darth Vader, otro icono de la maldad, venido a menos por obra y gracia de Hayden Christiansen.

En fin... Está empezando la película, con su genial banda sonora y su impactante explosión inicial. Si leéis esto a tiempo, poned TCM ya mismo