Breves


jueves, 28 de febrero de 2008

Políticus hispánicus

Esta entrada viene de un desvarío iniciado por algo tan simple como un insulto: Una palabreja despectiva y cultureta, usada por gente pseudoculta centrada en la firme idea de descalificar a alguien y a la vez intentar engrandecer la propia imagen.

El insulto en cuestión es "paniaguado".

¿A que es una inmensa mamonada? Es de esas palabras que no usas porque, como ciudadano de a pie, sufridor, esforzado y cuerdo, si se lo llamas a alguien, te responderá "Marica" y con toda la puta razón del mundo. Sin embargo, un político lo usa por un motivo muy simple: Puedes llamárselo a alguien y quedar como dios. No serás barriobajero, ni maleducado. ¿Como te va a llamar maleducado la plebe si acabas de lograr que aprendan una palabra nueva?
También es válida en ambientes litearios o periodísticos, donde sirve para llamar a alguien lo mismo que queremos decir los demas al decir "vendido de mierda, me cago en tu puta madre".

Si sigues tirando del hilo, salen más palabras, como "Demagogia"

Demagogia.
(Del griego δημαγωγία).
1. f. Práctica política consistente en ganarse con halagos el favor popular.
2. f. Degeneración de la democracia, consistente en que los políticos, mediante concesiones y halagos a los sentimientos elementales de los ciudadanos, tratan de conseguir o mantener el poder

Como bien nos dice la Real Academia Española, todos los putos políticos, absolutamente todos, son demagogos. Incluso ese discurso tan inspirador de Obama en New Hampshire, el célebre "Yes we can" es demagogia (de calidad, ojo).
Vista la definición dada por la RAE, me parece genial que los políticos se lo llamen los unos a los otros: ¡Todos lo son! Aunque lo genial es cuando se sienten creativos: ¡Bobo solenme! ¡Patriota de hojalata! ¡¡Toma ya!! ¡Voto a Crom! ¿Donde quedó el señor Gonzalez y su "Aznar y Anguita son la misma mierda"?


Por otra parte, casi son tan malos los políticos como los restantes cretinos mediáticos. Hace apenas unos pocos días, Mariano Rajoy y Jose Luís Rodriguez Zapatero (si, su apellido es Rodriguez. ¿Por que no votamos a un Rodriguez y si a un Zapatero?), debate que fue muy útil: ¿Quieres saber de que partido es alguien de toda la vida? Pregúntale quien ganó. A mi parecer, ganó ZP, pero claro: Yo siempre he sido de izquierdas. Al día siguiente, ¿pongo la tele y que veo? Gente hablando del debate: ZP iba mejor vestido. ¿Como se le ocurre ir a Rajoy con la chaqueta abierta? Además, iba demasiado repeinado.
Crom me valga...

Lo divertido de la campaña electoral es eso: ¿Para que acordarse de lo que hizo bien o mal alguien? Esperas 4 años y te regalan una lista completísima. Por no hablar de los errores del pasado, con anteriores mandatos, que esos nunca mueren. ZP atacó por el lado de la extinta Alianza Popular. ¡Contraataca, PP! ¡Muerde donde duele! ¡A por el GAL! Nada es tan importante como aquellas pifias de tu partido en la época en la que sus representantes actuales ejercían en las bases del partido, escalando y luchando por su brillante futuro (Brillante el de ZP, que fue presidente. El otro está un poco enturbiado por ciertos hilillos de plastilina). Aún así, no quiero que nadie olvide nada que han hecho, ya en el gobierno, ya en la oposición, estos pequeños bastardos. Si se aprende de los errores (y quizás incluso en política también), estos se deben estar dando a si mismos algunas veces, auténticas lecciones magistrales.

¿Y el resto de partidos? Muchas veces me he quejado por haberse convertido España en un sistema extraoficialmente bipartidista, pero bueno. Tenemos a los Antitaurinos, a los Piratas, a los Ciudadanos Agobiados y Cabreados, a los Verdes, a los Fachas (Falange, Falange auténtica, Falange de las Jons, Democracia Nacional y demás fauna)... Y yo me pregunto: ¿Que fue del CDS? ¿Quien elige a Llamazares para liderar Izquierda Unida? ¿Realmente no hay nada mejor?

Es lo bonito del sistema democrático español: Opciones tenemos, otra cosa es que todos sean una mierda.

¡Ah, como no! No me podía olvidar de esos geniales partidos nacionalistas, dispuestos a trincar todo lo que puedan en el Congreso, aliarse con quien mande y tirar de la manta como cabrones. Sin embargo, dato curioso, el BNG siempre acaba mal parado en estas situaciones, que solo parecen funcionar en Cataluña y el País vasco. ¿Será que los gallegos no somos tan galleguistas, o tan ambiciosos? Naaaah... Simplemente creo que se debe a otro rasgo típico nuestro que intentamos lograr: Que no nos toquen los cojones, no nos compliquen la vida y no molesten.

Bueno, gente. Esto empezó con un insulto, y me parece lo justo que acabe con otro:


¡Hijo de puta! ¡Que sonoridad!
¡Es el alfa y el omega de la vulgaridad!
Cuando lo dices, te sientes guay
¡Porque hijo de puta no tiene rival!


Hasta siempre y que Crom os conserve el humor negro.

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