Siempre me opuse a esta saga, por razones, a mi modo de ver, evidentes:

Y sin embargo, poco a poco, mi percepción al respecto cambió (y la de todos)

Antes de seguir, dejamos claro el punto en el que no he cambiado de idea: No me gusta el fenómeno mediático de Harry Potter: Demasiado orientado hacia buenos y malos, demasiado "Griffindor mola, Slytherin caca y el resto no le importan a nadie", que por ejemplo no lo hay en otros fenómenos como en Star Wars, donde los Sith tienen tanta carisma como los Jedi, así como historias del universo Star Wars donde ellos son los protagonistas. Esto ayuda mucho a dar profundidad, y evita que veas a personajes como "malos por hobby". Detrás de la maldad de Star Wars, del reverso tenebroso, hay ambición, odio, ira, miedo, venganza, pérdida... Sin embargo, detrás de la maldad en Harry Potter tienes a Voldemort, que es la rehostia, y luego su cohorte de chupapollas pusilánimes.
Bueno, es demasiado pronto para desvariar. Leer, este verano, he estado leyendo cosas decentes, como Dance with dragons de George R.R. Martin, El sueño eterno de Raymond Chandler o Trafalgar, de Galdós, así que del Potter me vi las películas (y bien le llega). Dejo esto claro ahora por el eterno hecho de que los libros son siempre mejores que las pelis. Bien.
Y ahora, con las bases sentadas, ha llegado la hora de descubrir que es eso que he estado criticando desde el desconocimiento durante tantos años, hasta, finalmente, verme tentado una noche donde no echaban nada interesante en la tele.
Y como no: Aviso: Spoilers.
Harry Potter y la Piedra Filosofal
La primera película data del año 2001, y vemos al jovencísimo Daniel Radcliffe junto con los que le acompañarán en tantas películas, Rupert Grinch (a este lo respeto por haber sido primero en la lista de tiempos de Top Gear) y Emma Watson.
La película tiene un marcado tono introductorio, llevando a los niños a un mundo de ilusión y fantasía... Mis cojones. Realmente, la originalidad es muy poca, al menos al nivel que yo demandaría: Mitología encontrable en cualquier bestiario de D&D desde hace décadas, una escuela llena de cuadros que se mueven, fantasmas, estatuas que hablan... Y para colmo, el excesivo protagonismo del (valga la redundancia) protagonista: Harry llega ya siendo una suerte de leyenda, con prácticamente todos los profesores centrados en su vida, siguiéndole como lapas. Objetos poco originales, como escobas, varitas o capas de invisibilidad, todo guay para un niño, pero nada nuevo para un aficionado a la fantasía.
El momento "Quidditch" ya es una escena tan tópica que se sobrepone a la novedad del deporte en sí: El bueno en un equipo, el malo en otro, ambos son putas insta-figuras y la comparsa de relleno. Tensión, intriga, "oh, el profesor Snape está jodiendo a Harry!", blah blah blah...
En resumen: Los Goonies pero con varitas mágicas, con el problema de que los Goonies son una película que vista sin los ojos de un niño pierde mucho, y aquí no tienes ni siquiera la oportunidad de ese primer vistazo como crío, impresionándote por todo.
Harry Potter y la Cámara Secreta
La cámara secreta, la cámara de los secretos... ¡La misma mierda! ¿A quién cojones le importa una traducción exacta?
Aquí el tono de "Harry es el elegido" empieza a marcarse de forma más descarada. Otra película que vi hace mil años, y recuerdo por encima. Pociones, secuaces tontacomones de Draco Malfoy, la fantasma insoportable, etc etc...
Harry Potter y el Prisionero de Azkaban
Esta, honestamente, es la primera película de Harry Potter que vi porque quise verla, y no porque estaba demasiado cómodo en el sofá para pirarme cuando mis hermanos se pusieron a verla.
Podemos definirla como entretenida, o aceptable. Tienes buenos actores de por medio, tienes un argumento curioso y retorcido... Un final interesante, pero no el hecho de que Sirius Black no sea malo (oh, sorpresa), o el giro con Colagusano (¿realmente era necesario traducir Wormtail? Al menos no hay que oír cosas como Sirio Negro, o Tom Acertijo...), pero si como se resuelve todo, con el hechizo de volver atrás en el tiempo, pero vamos... Sin Gary Oldman, David Thewlis, Michael Gambon o Alan Rickman, la película no habría sido para tanto.
Por momentos se hace aburrida, también es cierto, y ese final de "soy el preadolescente más uberpoderoso de Hogwarts" ya deja claro como Harry va a ser repollardo como él solo. Asquerosamente repollardo. Claro que, queda claro solo para que no hayan visto las cuatro horas de chupada de polla que suponen las dos anteriores.
Harry Potter y el Cáliz de Fuego
Si la anterior era interesante, esta es bastante mala. La premisa inicial es que no te damos una mierda nueva, bajo la apariencia de que sí: ¡Oh! ¡Va a ser el torneo de los tres magos! ¿Quien ganará? Krunk el tontaco, la guarri gabacha que no le importa a nadie o el niño bonito de Hufflepuff, Cedric Diggory (me cuesta no decir Bigotry, o Faggotry), super guay, super guaperas, e interpretado por nuestro conocidisimo mariconazo, Robert Pattinson, amado y aborrecido por su papel en la saga Crepúsculo.
Bien, la cosa es la sigueinte: Hogwarts tiene los mejores abogados del mundo, exponiendo a sus alumnos a vuelos en escoba a velocidades sublumínicas, peleas con dragones, o inmersiones de una hora en aguas infestadas de tritones y pulpejos monstruito. La competición va como se espera: Harry y el Marica llevándose la mejor parte, mientras el sospechoso Alastor Moody, interpretado por Brendan Gleeson, ayuda de forma extraña e inesperada a Harry. ¿Inesperada? Lleva cuatro pelis siendo ayudado de forma rara y absurda por todos los profesores, siendo el foco de atención. En mi colegio/instituto, a esos chavales se les llamaba enchufados y se les fostiaba. Punto.
La cosa se pone interesante cuando el cáliz es una trampa que lleva al marica y a Harry a un cementerio, justo a la tumba de la familia Riddle, donde se oirán voces. Se preparan para luchar y entonces sale Wormtail con un podre Voldemort en brazos, un par de palabras, y el marica está tieso como un fósil. Reconozco que en ese momento, levanté una ceja, paré la peli y volví a ver la escena, con la sensación de ser la novia de un eyaculador precoz: "¿Ya?". Luego la vi una o dos veces más, por el simple placer de ver morir a Robert Pattinson, pero eso ya es sadismo personal. Además, el Abuda Kedavra es como una paja de dos minutos: No satisface.
Blablabla, Harry, somos los mortífagos, te vamos a dar una paliza gitana, pero resulta que el gilipollas que montó la trampa y convirtió la copa en un teletransportador (¿qué mierda de palabro es "Traslador"?) para que llevase a Jarri Porrero a la trampa de Lord Voldemediamarkt, era estúpido y no la desactivó para quitarle posibilidades de escape. Y así, ayudado por el fantasma de sus viejos, del marica (¡Por favor, lleva mi bonito cadáver de marica a mi padre! ¡Conservadme bello en formol! ¡No quiero descubrir porqué los llaman mortífagos!).
Para nota de ridiculez extrema, dos escenas: La primera el baile de instituto en el que te vienen con que Hermione ya es una mujercita y estos mamones se ponen burros, para que los muy tontacomones acaben yendo con tías de segundo plato. Ridiculez extra notoria para Ron y su "túnica de gala" que parece hecha con las cortinas de Rappel.
La segunda es la inmensa parida del macrotorneo del principio, con atentado gordo de los mortífagos, en el que se ven afectados unos cuantos millares de magos. Joder. Desprecian a los "muggles", pero también se desprecian a sí mismos: Montan una así en un país gobernado por ministerios decentes y se lía el rosario de la aurora a base de estados de sitio y despliegue militar.
¡Pasemos a la siguiente película y rápido, por Crom!
Harry blablabla y los ¿que toca ahora? Ah, si, La Orden del Fénix
Los títulos son originales como los de Asterix o Tintin. Brasa con el mago adolescente, por si no estamos seguros de que peli vemos y un añadido.
Aquí la Rowling (si, tras todo el percal recordaremos que las pelis se hacen con libros, y los hace una tal J.K. Rowling, que se las vio con un par de demandas por plagio, pero que logró salir airosa. No diré que el hecho de ser la autora más vendida en Reino Unido sea un punto importante, pero da dinero, y el dinero, además de la felicidad, da abogados buenos). Bien, Ukio... Un paréntesis de cuatro líneas, se ve que no has perdido el toque. ¿Por donde ibas? Ah, claro: La Rowling profundiza en su mundo paralelo de magia, quizás para putear aún más a los niños de entonces, que ya les llegó con el trauma de cumplir los 13 y no recibir la invitación a Hogwarts (¡¡oh, no, soy un muggle!!), con ahora hacerles plantearse si Tony Blair, Gordon Brown o el actual presidente inglés David Cameron, o alguno de sus ministros son magos, mortífagos o ex alumnos de Hogwarts. Su puto problema por no distinguir realidad de ficción. Si buscas compasión con la inocencia infantil te has equivocado de blog.
Aquí aparece un nuevo y odioso personaje, encarnado en la actriz Imelda Staunton, que es la miembro del ministerio y profesora de defensa contra las artes oscuras, Dolores Umbridge. Por lo visto, el ministerio niega el regreso de Voldemort (me suena como a Walmart, pero en más malvado aún) y cree que es una estratagema de Dumbledore para tomar el cargo de ministro. Wunderbar.
Algunos lloriqueos por Cedric Bigotry, y mientras, frustrados por solo aprender teoría acerca de defensa contra las artes oscuras ¡Oh, no! ¡Walmart nos va a follar a todos!, y resulta que el colegio tiene una maravillosa sala que aparece para cubrir sus necesidades. ¡Y ahí están todos lanzando sus patronus, con formas de conejitos y chumpi gumpis! Mientras tanto, la Umbridge se va cargando al personal de Hogwarts uno por uno, y los demás hacen lo de siempre. Draco ser malo, el gordo que cada vez es menos gordo, ser menos gordo, Snape inspirar mal rollo y hablar mal de James "alce" Potter, brasa brasa brasa...
¿Cosas dignas de mención? La buena actuación de Imelda Staunton, para sumar a la del resto de grandes actores. Sin embargo, a medida que la trama avanza, es cuando las cosas dejan de ser lógicas: Ministros que pasan kilos de amenazas globales, célebres familias vistas como aliados del señor oscuro a las que nadie les tose (¿como no entran los geos mágicos en la puta casa de los Malfoy, con granadas flashbang mágicas, y mp5 mágicos, y les ponen esposas mágicas, y los meten en un sótano mágico, donde les dan con mangueras de goma mágicas en las plantas de los pies, y los aporrean con sacos de naranjas mágicas, o usan electrodos mágicos o toallas mágicas mojadas con magia para que canten mágicamente?).
Como punto dramático tenemos la insulsa muerte de Sirius Black, otro de esos personajes que realmente deberían ser más importantes que el apestoso protagonista, por esto de habérselas visto con cosas más chungas sin ser el puto niño mágico de los cojones. Sin embargo, es otra muerte "light", sin gore para que los niños puedan ir al cine. Joder, en mis tiempos veíamos a nazis derritiéndose en Indiana Jones y pedíamos otra puta ración!
El jodido niño mágico y el misterio de otro niño mágico. Espera que lo miro... Esto... Harry Putilla Potter y el misterio del príncipe.

El viaje mágico del niño con sobredosis de protagonismo y el abuelete pedófilo. ¿Interesante? Bueeeh... No sé que decir. Buscar los Orrocrux para poder matar a Wallmart, como si fuese algo tan nuevo tener que quebrar x sellos antes de ir por el final boss. Es como jugar al Zelda: A Link to the past de super nintendo, pero con fantasía más cutre, personajes con menos carisma, y eso si: Mejores gráficos.
Buscar Orrocrux, destruir. Harry obsesionado por la pérdida de sus padres, Walmart se hace poderoso, blablabla. Mientras tanto, Draco recupera protagonismo en una terrible terrible conspiración para acabar con Dumbledore. Un tanto triste: Meter un armario teletransportador en Hogwarts. Y... Claro. La gente no se entera, claro. En una puta escuela mágica, donde si eres alérgico a la magia tendrías un puto shock anafiláctico solo viendo su nombre en internet desde el otro lado del mundo, y no tienen con que detectar el armario. Peeeero: Todo era un puto plan, o algo así.
Mientras tanto, por ahí anda el libro de pociones del príncipe mestizo, que es la polla repollarda, y demás.
El caso es que al final tenemos a la puta pandilla basura, con Draco (no vale un pataco) Malfoy y Fellatrix Lestrange al frente, con Severus Snape como estrella invitada. Y, ¡ta dá! Con el tono de regañadientes de quien no quiere tomar la sopa, ya que Draco tiene los cojones de Farinelli, de un varitazo frie al yayo tirándolo por el balcón.
Snape no pierde oportunidad de reafirmar su terrible maldad con un "¡Yo soy el príncipe mestizo!"
No sé por qué no fui al estreno: Me habría descojonado rodeado de niños llorando... Ah, claro, que al estreno iría gente de 19 años sin vida social y con el disco duro lleno de imágenes photoshopeadas de Emma Watson (o de Daniel Radcliffe, cosa mucho peor). Aprovecho para decir que no tengo nada en contra de la homosexualidad, pero creo que el gusto por los actores pésimos merece un buen tratamiento de reeducación. Y eso que en esta peli aparece un nuevo personaje, un profesor retirado al que Dumbledore convence para retomar la docencia: Horace Slughorn, interpretado por otro veterano de reconocido mérito: Jim Broadbent. Este se ha visto influido por haber instruido a Tom Riddle y parece sentir a cada segundo la tentación de corromper a Harry al reverso tenebroso.
Y... llegamos al fin a...
(voz ominosa) Harry Potter y las Reliquias de la Muerteeeee!

Resulta que la muerte se encontró a tres hermanos, que lograron burlarla, y como premio a su ingenio, les dio un premio a cada uno. Al más belicoso le dio la varita más poderosa del mundo (que se ve desde el principio que es la de Dumbledore, por su parecido con unas bolas chinas. ¿Recordáis que Rowling dijo que era gay?). Este mago vence a todos los que se le enfrentan, pero acaba por morir asesinado a manos de otro que codiciaba su varita. ¡Death wins! El segundo pide algo para devolver la vida a su añorada esposa, pero ella es una zorra y se suicida. ¡Death wins, y humanidad también! ¡Un tonto menos! Sin embargo, el tercero, que como siempre el último es más listo, pide algo para ocultarse, obtiene la capa de invisibilidad y vive una vida de latrocinio y simpas incazables en restaurantes hasta el fin de sus felices días. Guay. Cojonudo. ¡Oh, espera! ¿Me estas diciendo que el niño mágico favorito de todos tenía uno de los putos tres objetos más poderosos del mundo desde el principio? ¡¿Y que eso era una ratuna capa de invisibilidad?! Señorita Rowling, antes de retomar la fantasía, hojéese antes unos cuantos manuales de D&D.
Bien. La primera parte consiste en pegarse por conseguir la puta piedra de resurrección, que no tiene usos limitados, pero no la usan ni pa dios, ni para Sirius Black, ni para Alastor Moody (que no importa que haya salido tanto a lo largo de tantas pelis: Ni siquiera se le ve morir), ni para Dumbledore. La guardian para resucitar a Harry cuando vaya a dejarse matar para salvar a sus amigos.
Severus Snape, como director de Hogwarts, prácticamente la entrega a Walmart, se monta un pifostio, y acaban abandonándolo. Los alumnos, con la ayuda de unos cuantos profesores y la magia de defensa de la propia escuela se defienden del asalto final, pero antes...
¡Snape muere! Voldemort tiene la varita más poderosa, pero esta no le pertenece porque Snape fue quien mató a Dumbledore y por lo tanto le pertenece a él. Así que... Hay que matar a Snape. Tanto servir a un jefe para que te tire como un trozo de papel higiénico usado. Sin embargo, aquí viene lo tonto: Tiran Avudas Kedavras (touch of death, para los que sepan de fantasía de verdad) como quien reparte propaganda electoral, pero al leal sirviente no se le da un fin rápido e indoloro: Se le fostia hasta la muerte. La tremenda boa de Vodemort golpea a Snape hasta destrozarlo, ni se enrolla y lo aplasta, ni le muerde ni nada: Lo golpea y lo estampa contra la pared dejándolo agonizando, la muy hija de puta. Todo ello, por exigencias del guión, para que Harry pueda ir a coger su lágrima, ver sus recuerdos, y un Luke soy tu padre en toda regla. ¡NO ME JODAS! ¡NO ME JODAS! ¡¿PRIMERO ERAGON Y AHORA ESTO?! A estas alturas, ya queda poco por profanar.
En fin... ¿Por donde íbamos? Imelda Staunton al frente del Ministerio de patetismo, quitarle un Orrocrux, viajes por el mundo sin sentido, alguna pelea de magos penosa... Momento de llorar mucho cuando Hermione se borra a sí misma de la memoria de sus padres para que no la echen de menos si muere... Hermione y Ron se van enconando, cuando total, estaba claro que a Harry le iban pelirrojas y pecosas (la hermana de Ron en concreto, Ginny). Bah: Tirar tiempo en sandeces, como ir a la casa donde murieron los padres de Harry y demases. En fin... Batalla.
Mueren muchos, Neville Longbotton demuestra que deja de ser el gordo penoso para convertirse en el personaje más decente de la quinta de los estudiantes.
Duelo, magia búgala búgala y finalmente, la victoria. Muchas bajas, Hogwarts destrozada pero con vistas a ser reconstruída y el momento más estúpido de la película: Harry tiene la varita más poderosa de todas, le preguntan que va a hacer con ella ¡y la rompe!
¿Como enfoca esto un niño? Demasiado poder puede ser peligroso y corromper, así que mejor ser humildes y blablabla
¿Como lo enfoca alguien con cerebro? ¡Bien, puto subnormal! ¡Ahora hay alguien en el mundo que no se sabe si es un puto caballero blanco o un psicópata violador de cadáveres frescos, que ha pasado de tener la segunda varita más poderosa, a tener la primera!
Un despropósito de estupidez, sin duda, y por esto me encanta Juego de Tronos. La saga de novelas de George R.R. Martin está llena de insinuaciones y pequeñas cantidades de información ocultas entre los capítulos de las que se intuyen muchas cosas, mientras la historia de Harry Potter va en unas decentes líneas generales, la caga en los detalles de forma bastante grande. Hogwarts pasa de ser el sitio mágico que en lugar de ir a clase te sientes como en un parque de atracciones, al sitio aburrido donde la gente estudia magia para ser un funcionario del ministerio el resto de su vida (a no ser que seas Harry, Ron, Hermione, o los gemelos George y Fred Weasley, que estaban haciendo trastadas. Notifico que oficialmente, Llamas, Destrucción y unos cuantos Packs de 6 se opone a las novatadas y bromas a no ser que estas contengan alambre de espino, explosivos, ladrillos, purgantes, alcohol, alucinógenos o amenazas de mutilación genital. De no ser así, probablemente sea una mariconada).
A Rowling no le habría venido mal, por otra parte, documentarse algo en fantasía. Más allá de los efectos visuales, la cantidad de fantasía que se puede apreciar en Harry Potter es muy pobre. Las criaturas no llenarían ni el 10% de un bestiario de D&D, y la lista de hechizos es tan jodidamente reducida que se hace repetitiva. Tienes los de relleno que sirven para tonterías o para resolver oportunamente algún gran desafío para no volver a ser usados jamás, y los "greatest hits" que verás en todas las peleas: Expeliarmus, Reducto y Avuda Kedabra. Por lo visto, podríamos decir que Rowling es la "muggle" en la fantasía mágica.
Esta limitación de hechizos en una historia sobre magos es cansina y da para que muchas escenas se "deshinchen", ya que por ejemplo, los malos están tirando "toques de muerte" para todos lados, pero los buenos no porque está prohibido. No me jodas, ¿estamos en guerra y respondes a sus ubermodernos HK G39 con escopetas de bolas de goma de las que usaban en los disturbios contra la guerra de vietnam? No es creíble. Además, tanto touch of death hace que cada vez que la palme un bueno sea patético al estilo de "eyaculador precoz". Para matar a un malo hay que tirar un puto bombardeo orbital de pelotas de goma, pero para matar a un bueno... Pof.
Como punto a favor, está bien el hecho de la variedad de dragones. No son una criatura que me suela gustar por parecerme demasiado tópica, pero están más o menos bien usados.
Luego está el hecho de la ubermaldad de Voldemort, que hace que todos sus secuaces queden como devaluados, con la excepción de Fellatrix Lestrange, que dentro de lo que cabe, toca los cojones lo suyo, y como además es Helena Bonham Carter, te apetece verla morir, pero ese momento no da llegado. Lucius Malfoy aparece molando pila, y acaba como un penoso petimetre pusilánime pedante de pobre poder y paupérrima presencia que solo sirve para inspirar aliteraciones. Wormtail se anota el punto de cargarse a Faggotry, pero tampoco fue nunca un personaje tan importante. Su presencia en la saga es mayor muerto que vivo.
Volvamos a comparar sagas: El señor de los anillos tiene a Sauron, pero también están Saruman, sus huestes, sus servidores, los jinetes oscuros... Star Wars tiene a Vader, al Emperador Palpatine, a Veers, a Motti, a Jabba y a miles de oficiales imperiales o villanos a su manera, junto a los stormtroopers, por no hablar de un "Yo soy tu padre" infinitamente mejor.
Luego está el punto del patrón repetido: Harry es una especie de tocahuevos hiperactivo, así que si algo tiene un nombre que incluya las palabras "secreto", "prohibido", "peligroso", "chungo", "misterioso" o "sodomía garantizada", sabes que los tres tontacos irán a investigarlo, Malfoy a tocarles la moral y los dos gañanes que le siguen a quedar como tontos de una nueva y ridícula forma. Snape será sospechoso. Es más: Seguro que no es capaz ni de prepararse un bol de cereales sin resistirse al impulso de actuar de forma sospechosa.
Realmente, la serie se ve empobrecida por que, realmente, tras unas diecisiete horas de películas, a groso modo, solo tienen presencia real siete u ocho personajes, siendo generosos. El resto, son relleno de diferentes tamaños y colores, y eso acaba siendo triste, ya que había espacio para más. Además, todos los secundarios aparecen solo en su relación con el puto Harry. No con los protas, sino con EL prota. Para colmo, muchos de ellos solo salen en una película, de modo que un par de pelis después los recordarás como a la azafata buenorra de concursos: Llega, entrega la tarjetita al presentador y se pira. Hasta nunca.
La conclusión (de momento y hasta que recuerde más taserazos), es que aprueba por los pelos y con ayuda de que se le concede un juicio benévolo. Tiene escenas rescatables, pero sus defectos son muchos y a veces muy estúpidos. Su aprobado es más por cantidad que por calidad. Realmente es de agradecer que muchos chavales se entregasen a la lectura con estas novelas, y que algunos de ellos luego diesen el paso a novelas de más entidad. Sin embargo, no salimos de que las pelis sean blockbusters. Ninguna de ellas lleó realmente a engancharme.
Y como tengo sueño y esta entrada lleva mes y medio como borrador, de momento aquí queda.
Semper fi.
Ukio