Hoy, seis de Noviembre de 2012, el
Tribunal Constitucional (o Prostitucional, como dicen algunos en
twitter), ha ratificado la legalidad del matrimonio entre parejas del
mismo sexo, o matrimonio homosexual o gay, según prefiráis,
rechazando con una mayoría de ocho votos contra tres el recurso
interpuesto por el Partido Popular.
Esto, sin duda, es una noticia
cojonuda, y desde este blog no queda otra opción que celebrarlo por
todo lo alto, ya que la ley debe adecuarse a la sociedad y a la
justicia, actuando contra las desigualdades que, de forma contraria a
los principios establecidos por la Constitución, existen, separando
a los ciudadanos por categorías.
Y esta era una importante. Es cierto
que las uniones de hecho existen, pero ni son lo mismo, ni, desde
luego, dan los mismos derechos. El matrimonio construye familias, y
como tal otorga derechos. Hereditarios, derecho a reunión de
familias... Algo importante, teniendo en cuenta el caso de muchas
personas homosexuales que son rechazadas por sus parientes, ellas y
su modo de vida, lo que hace que en caso de fallecimiento, la familia
no quiera que quede nada para su pareja.
Eso no es tan importante como la
posibilidad de que una pareja pueda adoptar a un hijo. Y creedme:
Cualquier niño está mejor con padres que lo quieran (o madres), que
en un hogar de acogida, se ubique este en España o en Uzbekistán.
Y desde luego, está el punto más
importante de todos. El eslogan principal de las manifestaciones que
reclamaban este derecho era “El mismo amor, los mismos derechos”,
y esto es cierto. Hablamos de una relación consentida entre dos
adultos capaces en un país aconfesional. ¿Es pecado? Lo que yo hago
con mi novia es pecado. Es más: Voté al PP. Mentira. He vuelto a
pecar. Hostia puta, joder, me cago en dios. Pecado. Hala. ¿Y que hay
aquí? Derecho a la libertad de expresión, y una relación en pareja
consentida, con lo cual no incurre en ninguno de los tipos
establecidos en el código penal (excepto cuando me toca cocinar).
Para un musulmán es pecado que Ana
Botella vaya con falda y sin velo, y sin embargo, ella no va a
cambiar su imagen por ello, y me parece cojonudo. Ergo, los derechos
civiles están por encima de las prohibiciones de cada religión.
Y sin embargo, hoy Twitter es un
hervidero de gente trolleada y enfurecida por la decisión del TC.
Todos, seguro, buenos cristianos, liberales, fascistoides,
retrógrados, homófobos e hijos de puta en general. Muchos aseguran
“no tener nada contra esa gente, pero que no se le llame
matrimonio”. Y no puede ser. El matrimonio ES matrimonio. Llamarlo
de otra forma es discriminación. No hay otra forma de verlo. Y que
quede claro: El matrimonio no es un sacramento cristiano, sino un
negocio jurídico romano por el cual se crean familias, y esté el
amigo imaginario de Rouco Varela mirando o no, así se refleja en el
código civil. Este es un matrimonio civil, y ante los ojos de la
ciudadanía y sus representantes. La iglesia aquí ni pincha ni
corta, y por lo tanto debe ser llamado así: Matrimonio. Ni siquiera
“matrimonio homosexual”.
Y claro... El tribunal Constitucional
no era “Prostitucional” cuando rechazó el estatut de Cataluña e
ilegalizó a Batasuna y a Sortu.
¿Por qué creo esto? Primero, porque
es lo que he estudiado en la carrera. Segundo, por que es lo que he
decidido que es correcto.
¿Que es legalizar la sodomía? La sodomía es legal siempre que sea consentida. Y no creo que todos esos niños que han sido violados por curas hayan dicho que “si” con la misma madurez que puede hacerlo un adulto.
¿Que si me gustaría que un tío me empujase la mierda? No, pero tengo un truco mágico para evitarlo. Una vez pillé a mis amigos gays y mantuvimos la siguiente conversación:
- Tío, no quiero que me petes el ojal.
- ¡Déja de decir subnormalidades, Ukio!
Ahora en serio, y con una conversación
que ocurrió de verdad. Un amigo, homosexual, evidentemente, me hizo
la siguiente pregunta:
- Ukio, ¿tú “respetas” o “toleras”?
- Tío... Yo paso.
Y es así. Paso. Respetar implica
conocer una existencia, asumirla y aunque no la compartas, dejar que
otros la practiquen. Tolerar significa que no te gusta, pero vas a
permitir que suceda.
Yo simplemente creo que lo que no pase en mi cama o en camas donde quiera meterme, no me importa y punto. ¡Y ojalá más gente opinase así, joder!
Yo simplemente creo que lo que no pase en mi cama o en camas donde quiera meterme, no me importa y punto. ¡Y ojalá más gente opinase así, joder!
Así que, así son las cosas. El amor
no entiende de sexos ni de edades, aunque la ley si entiende de
edades.
Así pues, celebro esta decisión del
tribunal constitucional. Felicidades amigos míos, y me permitiréis
que utilice nombres propios. Felicidades, Ángel, Luis, Marta,
Carlos, Marcos, Gonzalo, Alex, Rubén y David. Sed felices. Brindo
por vosotros.
Semper fi.
Ukio
2 comentarios:
¡Eso! ¡Enhorabuena y felicidades a todos!
Por cierto, me hace gracia el comentario sorbe "respetar" y "tolerar", porque me hizo acordarme de una canción de El Chojin con El Gran Wyoming.
Por si a alguien le interesa:
http://www.youtube.com/watch?v=JNB3tMbiIZo
ADVERTENCIA: Es rap. Por si a alguien no le gusta.
Me sumo a las felicitaciones, ya que muchos son amigos comunes ^^ y añado a Quique y su marido Luis, una hermosa pareja ya casada de la cual, ahora que por fine stá todo resuelto,e speramos que celebren el bodorrio lucido prometido :P que eso de ir sólo a firmar al juzgado está muy bien, pero queremos que tengáis vuestro día!!!!
Y sí, ya han tenido que salir los borricos a rebuznar en contra de esta decisión. Como siempre, si les favorecen a ellos aplauden la democracia, si pierden, se rasgan las vestiduras y hablan de corrupción. Anda ya!!!
Un aplauso al Tribunal!!!
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